La situación de las ventas de coches durante el último año se ha definido por la volatilidad. Se han sucedido periodos de confinamiento sin poder salir de casa, con viajes por España en verano y restricciones de movilidad tanto a nivel municipal como provincial.
En este año tan atípico, las ventas han descendido por encima del 30%. Cifras que, aunque negativas, pueden entrar dentro de lo razonable teniendo en cuenta la situación epidemiológica.
En este contexto, dos de las opciones que más probabilidad tienen de aumentar su cuota de cara a 2021, las encontramos en el VO y el renting para particulares. Esto se debe a unos precios más contenidos y a la reducción de riesgos para el consumidor.
Además, entre estas dos modalidades emergentes se produce un equilibrio. El renting alimenta directamente el mercado de vehículos de ocasión y, cuantas más operaciones de renting surjan, mayor y de más calidad será el mercado de VO en el medio plazo.
Además, ha aparecido recientemente una opción intermedia: el renting de VO.
¿Qué es el renting de VO?
Una de las tendencias en automoción con mayor recorrido comercial por delante es el renting de vehículos de ocasión. Esta modalidad consiste, básicamente, en ofrecer vehículos con una antigüedad y un kilometraje reducido, pero con cuotas muy competitivas. Y, por supuesto, todas las ventajas asociadas al renting.
Con este producto se accede a un universo de consumidores diferente y se configura como una alternativa al renting flexible para particulares. Lo que se ofrece actualmente es una opción de renting por 6 meses, prorrogable, y con posterior opción de compra.
Aunque hasta ahora son pocas las operadoras que lo ofrecen, es, desde luego, una tendencia de futuro más que consistente.
¿Qué pasa con los coches después del renting: cuál es su vida útil?
Esta es la gran pregunta, ya que este ecosistema entre el mercado de VO y el Renting se encuentra todavía en una fase inicial. Es cierto que el renting no es una modalidad nueva, pero la irrupción de los particulares ha supuesto una pequeña gran revolución en el sector que todavía se encuentra lejos de su techo.
Por tanto, la vida útil de un vehículo se podría categorizar en tres etapas diferenciadas: Renting o compra tradicional, renting de VO/ compra de vehículos seminuevos y, finalmente, el mercado de segunda mano.
¿Quién gana en estas operaciones de renting que acaban en el mercado de VO?
Al final se trata de esto, claro. Y la respuesta, a priori, es positiva para todas las partes implicadas: ganamos todos.
Por un lado, el fabricante de vehículos es capaz de obtener un mayor rendimiento durante el plazo de vida útil del coche. El renting es un producto más ventajoso que la compra a nivel económico, pues la financiación tiene asociado un valor de recompra determinado y un tipo de interés. Además, la posibilidad de “darle una segunda vida” al coche mediante un renting de VO lo que hace es aumentar más aún el beneficio que se obtiene de ese vehículo
Por otro lado, el operador de renting genera más operaciones ampliando su rango de actuación a un mercado de particulares cada vez más creciente y, además, suma un nuevo producto a su cartera: el renting de VO.
Los vendedores de VO (compraventas y concesionarios) amplían su cartera de vehículos de segunda mano, sobre todo de aquellos vehículos entre 3 y 5 años que son los más codiciados.
Finalemente, los compradores también ganan. El hecho de que los fabricantes amorticen antes sus vehículos a través de renting y los vendedores de VO vean ampliada su oferta, se materializa en unos precios más competitivos para que los clientes puedan acceder a estas modalidades de renting y vehículos de ocasión.
